¡Oh inmensa belleza azul, hermoso otoño!
El viento me atrapa y corta mis palabras
Cuando caminas descalza en mis sueños.
El color de tu nombre dispersa las tinieblas
Y encuentro en él lo que une el mar y el cielo.
Todo en ti es agradable y jubilosa calma
Y en tus bellos ojos desaparecen las fronteras.
Tus delicados pasos ahuyentan el crepúsculo
Y atraen huracanes de felicidad que gobiernan mi
esencia.
Verte reír es escalar montañas y nevados para
conseguirte la luna,
Verte brillar es sumergirme en las estrellas para
dormir en tu regazo,
Verte actuar es desencajar la realidad y dibujar una
sonrisa en mi alma,
Verte volar es ausentarme de mi cuerpo y morir en la
pasión de tu lejano e indeleble amor.
Pues te amo entre la soledad oculta y las palabras
sueltas que corren hacia el azul del mar, tratando, irasciblemente, de vencerme
para gritar mi desvelo cotidiano y estas ganas nocturnas de tocarte y
entregarme a ti sin finales desconsolados y abatidos por opacas sombras
sedientas de tu amor.
De tu amor, que espero que algún día y para siempre,
sea más mío que tuyo.